El récord de abortos en Euskadi en 2023 es una señal de alarma. No solo por el aumento del 6%, sino porque revela fallos profundos en la prevención de embarazos no deseados. Solo el 31% de las mujeres que abortaron había utilizado métodos anticonceptivos, y el hecho de que una de cada tres ya haya recurrido a este procedimiento antes plantea serias preguntas sobre la eficacia de las políticas de salud sexual. Además, la alta proporción de mujeres inmigrantes que interrumpen su embarazo indica una desigualdad persistente en el acceso a servicios de salud. Para abordar esta problemática, es esencial mejorar la educación sexual y el acceso a anticonceptivos.
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