Violencia y escrache: cuando la izquierda abertzale pierde legitimidad

El escrache protagonizado por la izquierda abertzale en la Facultad de Derecho de la UPV/EHU, en el que un profesor fue retenido durante dos horas y escoltado por seguridad, nos deja una amarga lección sobre el uso indebido de la protesta. A pesar de que los mensajes del profesor en redes sociales pudieran considerarse ofensivos, ¿realmente era necesario recurrir a la violencia y la intimidación?

El verdadero espacio para solucionar este tipo de conflictos es el diálogo institucional. Denunciar ante el rectorado, solicitar una investigación formal o recurrir a las autoridades competentes son las vías democráticas para abordar supuestas conductas inapropiadas. Al optar por el escrache y la coacción, la izquierda abertzale ha debilitado su propia legitimidad. Lo que podría haber sido una protesta justa se ha transformado en una acción de acoso que atenta contra los principios de la libertad de expresión y el respeto mutuo.

El hecho de que el profesor tuviera que ser escoltado por su seguridad pone de manifiesto que estas acciones no buscan justicia, sino imponer una visión mediante el miedo. Cuando los movimientos sociales o políticos recurren a la fuerza, pierden la autoridad moral que necesitarían para defender sus causas de manera efectiva. La universidad es, y debe seguir siendo, un espacio de debate respetuoso, no de imposición violenta.

En conclusión, la violencia no debe ser una herramienta de lucha. Solo mediante el respeto a las instituciones, el debate civilizado y la aplicación de la ley se pueden defender los valores de una sociedad verdaderamente democrática.

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