La propuesta de Yolanda Díaz, que busca proteger a los inmigrantes irregulares permitiéndoles denunciar malos tratos antes de ser deportados, plantea serios riesgos para el sistema migratorio español. Si bien la idea de salvaguardar los derechos humanos es fundamental, no podemos ignorar la posibilidad de que esta medida se use como una estrategia dilatoria, permitiendo que aquellos en situación irregular prolonguen indefinidamente su estancia en el país y eviten la deportación.
España ya enfrenta una crisis de saturación en los CIEs, centros que no cuentan con los recursos suficientes para gestionar a la gran cantidad de migrantes. Al permitir que las denuncias sean utilizadas como una táctica para retrasar los procedimientos, estaríamos sobrepasando la capacidad del sistema y malgastando recursos públicos que podrían destinarse a otras áreas críticas.
Para evitar el abuso, es necesario implementar sanciones más duras para quienes mientan en sus denuncias. Una solución efectiva podría ser imponer una prohibición de entrada al país por un periodo determinado de tiempo, además de impedir que estos individuos puedan obtener el permiso de residencia en el futuro. Esto no solo serviría como un disuasivo efectivo, sino que también aseguraría que el sistema no sea manipulado.
Reflexionemos: proteger los derechos humanos es crucial, pero también lo es garantizar que nuestras fronteras y sistemas migratorios no se vean desbordados por quienes buscan aprovecharse. La justicia y la seguridad deben ir de la mano. ¿Estamos preparados para evitar que el sistema colapse?
#Migración #CIE #YolandaDíaz