Coronación, uno de los barrios más emblemáticos de Vitoria, se encuentra hoy en una situación crítica. La degradación de sus calles, la okupación de lonjas y viviendas vacías, y un aumento sin precedentes de la inseguridad han llevado a los vecinos a un punto de desesperación. Aquellos que alguna vez vieron este barrio como su hogar, ahora viven en medio de la incertidumbre, acosados por el miedo y la impotencia ante la dejación de las autoridades.
Este jueves, la policía ha llevado a cabo un operativo en varias de las lonjas okupadas, con el objetivo de identificar a inmigrantes en situación irregular. Aunque el despliegue de agentes ha resultado en la identificación de varios ocupantes y el traslado de dos personas sin papeles a dependencias policiales, la realidad es que estas lonjas continúan okupadas. ¿De qué sirve este aparente “golpe de efecto” si los espacios siguen en manos de quienes generan caos y delincuencia?
Los vecinos, cansados de la indiferencia de las instituciones, han salido a la calle durante semanas para reclamar lo que es suyo: un barrio seguro y habitable. Sin embargo, su lucha parece caer en oídos sordos. Las lonjas okupadas, focos de tráfico y delincuencia, no han sido desalojadas, y la situación sigue empeorando con cada día que pasa. Lo más desconcertante es la postura de la asociación vecinal, afín a la izquierda abertzale, que se opone a estas intervenciones, dejando a los vecinos sin el respaldo necesario para recuperar su barrio.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Coronación, un barrio que alguna vez fue símbolo de comunidad y convivencia, hoy se desmorona bajo el peso de la okupación y la inseguridad. La sensación de abandono por parte de las autoridades es palpable, y la respuesta policial de esta mañana, aunque visible, se siente insuficiente. ¿Qué han logrado realmente con este operativo? Identificar a quienes ya sabíamos que estaban ahí, pero no desalojarlos, no devolver la tranquilidad a quienes sufren las consecuencias día tras día.
Es imposible no sentir indignación. Mientras los responsables políticos siguen enfrascados en debates vacíos y medidas cosméticas, los vecinos de Coronación ven cómo su entorno se degrada a pasos agigantados. Las lonjas y pisos vacíos, que deberían ser un recurso para revitalizar la zona, se han convertido en refugio de delincuentes y okupas que alimentan un clima de temor y desconfianza.
La ciudadanía necesita algo más que promesas vacías y operativos fallidos. Los vecinos han demostrado, con sus movilizaciones, que no están dispuestos a rendirse. Pero necesitan soluciones reales y contundentes: el desalojo de las lonjas okupadas, una mayor presencia policial efectiva y políticas que aseguren la seguridad y el bienestar de todos. Coronación no puede seguir en esta espiral de degradación sin fin.
Es momento de que las autoridades asuman su responsabilidad. Los vecinos de Coronación no merecen vivir en la sombra de la okupación y el miedo. Es hora de actuar con firmeza y restaurar el orden en este barrio, antes de que sea demasiado tarde.
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