El último reclamo de los agentes de la Ertzaintza en Vitoria pone de relieve una realidad preocupante y recurrente: la precariedad de medios en la que trabajan muchos de nuestros cuerpos de seguridad, mientras la clase política continúa dotándose de recursos sin escatimar. La denuncia del sindicato Euspel, que critica los traslados de presos en coches sin mamparas por falta de vehículos adecuados, es solo la punta del iceberg en una crisis de seguridad que va más allá de la falta de vehículos, con repercusiones profundas en la seguridad ciudadana y en la moral de los agentes.
Inseguridad para los Agentes y los Ciudadanos: ¿Quién Protege a los que Nos Protegen?
La falta de mamparas en los vehículos de la Ertzaintza para el traslado de presos no solo representa un riesgo evidente para los agentes, sino que además incumple los propios reglamentos internos del cuerpo. En un contexto donde la seguridad se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la ciudadanía, este déficit de recursos en la Ertzaintza no hace más que incrementar la percepción de vulnerabilidad y desprotección.
La falta de medios adecuados no solo exponen a los agentes a riesgos innecesarios, sino que también afecta la operatividad de los cuerpos de seguridad. La escasez de vehículos obliga a reducir las patrullas en áreas interurbanas y, en ocasiones, hasta a priorizar ciertos traslados en detrimento de la vigilancia ciudadana. Esto deja vastas zonas sin cobertura de seguridad, lo que agrava la creciente percepción de inseguridad en el País Vasco.
Un Contraste Desolador: Mientras los Cuerpos de Seguridad Carecen de Recursos, los Políticos Gozan de Privilegios
La precariedad que vive la Ertzaintza contrasta con la generosidad que se destina a la clase política. Es habitual ver cómo se renuevan sus recursos con cada legislatura, proporcionando oficinas, personales y medios a aquellos que legislan, mientras quienes arriesgan sus vidas en la primera línea de seguridad pública deben conformarse con vehículos antiguos, equipamientos incompletos y una dotación de recursos cada vez. más limitada. Este desfase entre lo que se destina a los cuerpos de seguridad y a los cargos políticos no hace sino alimentar el descontento social y la percepción de una administración pública que parece priorizar sus propios intereses por encima de los de sus ciudadanos.
El PNV y la Transferencia de los Puertos: ¿A qué Coste para la Seguridad?
En este contexto, la reciente solicitud del PNV para asumir la competencia de los puertos vuelve a poner en el centro del debate la gestión de los recursos y la seguridad. Si bien el control autonómico de los puertos puede parecer una victoria para el autogobierno, también implica una disminución de recursos y personal para otras tareas esenciales de seguridad en un momento en que los agentes ya enfrentan una escasez importante de medios.
Esta transferencia no solo afectará a la Ertzaintza, sino que podría suponer la retirada de agentes y recursos materiales de otras áreas clave en el País Vasco, lo que debilitará aún más la capacidad de respuesta ante el aumento de la inseguridad y los incidentes violentos en la región.
Una Revisión Urgente de Prioridades
Frente a esta situación, cabe preguntarse si realmente se están priorizando los recursos donde más se necesitan. Mientras nuestros agentes arriesgan su vida con equipos insuficientes y patrullas limitadas, el gasto público en la clase política sigue siendo exorbitante. Los ciudadanos merecen un compromiso firme por parte del Gobierno Vasco para mejorar las condiciones de los cuerpos de seguridad, dotándolos de los recursos y protección que necesitan para desempeñar su trabajo. Es momento de replantearse seriamente cómo se distribuyen los recursos públicos y quiénes están recibiendo verdaderamente el respaldo que todos necesitamos para garantizar una seguridad efectiva en nuestras calles y comunidades.
La falta de recursos y el aumento de la inseguridad van de la mano, y hasta que no se aborde este problema con decisiones responsables, seguirá poniendo en riesgo tanto a los agentes como a la ciudadanía.
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