
La reciente decisión de priorizar el Aeropuerto de Bilbao (Loiu) para vuelos transoceánicos, como la conexión directa con Nueva York anunciada por United Airlines
cadenaser.com, ha reavivado el debate sobre la gestión aeroportuaria en Euskadi. Esta elección pone de manifiesto una tendencia persistente del Gobierno Vasco (GV) de favorecer a Loiu en detrimento del Aeropuerto de Vitoria (Foronda), a pesar de las claras ventajas operativas que este último ofrece.
Foronda: Un gigante dormido
Foronda ha sido reconocido nacional e internacionalmente por su capacidad para manejar todo tipo de vuelos, incluidos los transoceánicos
irekia.euskadi.eus. Su ubicación estratégica y sus amplias pistas lo posicionan como una infraestructura ideal para operaciones de gran envergadura. Sin embargo, a pesar de su potencial, ha sido relegado a un segundo plano, centrándose principalmente en operaciones de carga
Loiu: Desafíos operativos y limitaciones
El Aeropuerto de Bilbao, aunque cercano al centro urbano —situado a aproximadamente 12 kilómetros de la ciudad
rome2rio.com—, presenta desafíos significativos. Su ubicación entre montañas y las condiciones meteorológicas adversas, como las rachas de viento, complican las maniobras de aterrizaje y despegue
eldiario.es. Estas dificultades no solo afectan la seguridad y comodidad de los pasajeros, sino que también incrementan la carga de trabajo y el estrés de los pilotos que operan en este entorno complejo.
La paradoja de la inversión
Resulta contradictorio que, pese a las limitaciones de Loiu, el GV continúe destinando recursos y esfuerzos para potenciar este aeropuerto como hub principal para vuelos internacionales. Mientras tanto, Foronda, con infraestructuras superiores y menos restricciones operativas, permanece subutilizado. Esta estrategia no solo desaprovecha una instalación de primer nivel, sino que también contribuye a la saturación y posibles riesgos asociados al sobreuso de Loiu.
Una oportunidad para el equilibrio
Es imperativo que el GV reconsidere su enfoque y valore a Foronda como una alternativa viable y eficiente para vuelos intercontinentales. Diversificar las operaciones aéreas entre ambos aeropuertos no solo aliviaría la presión sobre Loiu, sino que también impulsaría el desarrollo económico y logístico de la región de Vitoria-Gasteiz. Además, una distribución más equitativa de los vuelos podría mejorar la experiencia de los pasajeros y reducir los riesgos asociados a las operaciones en entornos geográficamente complicados.
Empatía hacia los profesionales de la aviación
No podemos pasar por alto el esfuerzo y la dedicación de los pilotos que operan en condiciones desafiantes en Loiu. Su pericia y profesionalismo garantizan la seguridad de miles de pasajeros diariamente, a pesar de las adversidades que enfrentan. Sin embargo, es responsabilidad de las autoridades proporcionar infraestructuras que minimicen estos desafíos y promuevan operaciones más seguras y eficientes.
Conclusión
La gestión aeroportuaria en Euskadi requiere una visión estratégica que maximice el uso de los recursos disponibles. Foronda representa una oportunidad inigualable para expandir y mejorar la conectividad aérea de la región. Es momento de que el Gobierno Vasco ajuste sus políticas y reconozca el verdadero potencial de este aeropuerto, equilibrando la balanza en beneficio de toda la comunidad.
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