El barrio de Coronación es un reflejo de la desidia institucional. Hace años, se lanzó un ambicioso proyecto de regeneración, SmartEnCity , que prometía transformar el barrio en un referente de sostenibilidad y eficiencia energética. Pero la realidad es que este plan fracasó estrepitosamente. La falta de consenso, el elevado coste para los propietarios y una gestión errática llevaron al colapso de la iniciativa. Hoy, Coronación sigue siendo un barrio viejo, abandonado, donde las lonjas vacías han sido ocupadas y la delincuencia ha convertido las calles en zonas peligrosas.
Mientras tanto, las políticas de seguridad siguen siendo insuficientes. El Ayuntamiento de Vitoria y el Gobierno Vasco no han podido reforzar una plantilla policial que ya estaba desbordada. La promesa de aumentar el número de agentes solo cubre las jubilaciones, lo que no es más que un parche a una situación que requiere una intervención integral.
¿Por qué siempre son los barrios antiguos los que pagan las consecuencias de la inacción institucional? Coronación es solo uno de los ejemplos de cómo se concentran los esfuerzos y los recursos en el centro de la ciudad, dejando a los barrios periféricos a su suerte. El problema va más allá de la delincuencia; es un reflejo de cómo el sistema abandona a los barrios con menos atractivo económico y político.
La solución no puede limitarse a enviar más policías, ni a prometer grandes proyectos sin base. Hace falta una intervención integral : rehabilitación de viviendas, inversiones en infraestructuras, políticas sociales que atiendan a la exclusión y una redistribución de los eventos y recursos que dé vida a estos barrios olvidados.
Es hora de que las instituciones cumplan con su responsabilidad, dejen de mirar hacia otro lado y actúen con decisión para que barrios como Coronación tengan el futuro que merecen.
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