¡Bravo, Ayuntamiento de Vitoria! Una vez más, nos has demostrado tu increíble habilidad para enfrentar los problemas de frente… o bueno, más bien para mirar hacia otro lado mientras la ciudad se convierte en el paraíso de la okupación. Mientras otros ayuntamientos buscan soluciones, tú has decidido optar por el enfoque más innovador: la inacción. ¡Qué valentía!
Es realmente admirable cómo has logrado ralentizar los desalojos, dándole a la ciudadanía una lección magistral sobre cómo no abordar un problema. Y mientras los inmuebles son okupados y los vecinos se desesperan, tú, querido Ayuntamiento, sigues en tu nube, esperando que, como por arte de magia, todo se solucione solo. Porque, ¿para qué enfrentar un problema hoy si puedes dejarlo para mañana, pasado mañana o, mejor aún, para la próxima administración?
Y hablemos de esa maravillosa estrategia de considerar «vulnerables» a los okupas. ¡Qué genialidad! Porque, claro, ¿quién necesita criterios claros y justos cuando puedes usar términos ambiguos que no solucionan nada? Y mientras tanto, los verdaderos vulnerables, aquellos ciudadanos que ven cómo sus propiedades son invadidas y sus barrios cambian, esperan una respuesta que parece nunca llegar.
Pero no todo es crítica. Hay que reconocer que, en medio de esta crisis de okupación, el Ayuntamiento ha demostrado ser un experto… en pasividad. Y mientras Vitoria se convierte en el epicentro de la okupación en el país, podemos estar seguros de una cosa: el Ayuntamiento seguirá siendo fiel a su estilo, esperando que el problema desaparezca por sí solo. ¡Enhorabuena por esa proactividad sin igual!
