Imagina dedicar 16 años de tu vida a proteger a los ciudadanos, a estar siempre en primera línea, sin saber que durante todo ese tiempo te han estado pagando menos de lo que te corresponde. Esto es exactamente lo que le ha sucedido a 350 agentes de la Policía Municipal de Vitoria, quienes han sufrido un error salarial desde 2008 que el Ayuntamiento no ha corregido hasta ahora. Pero lo más indignante no es solo el retraso en la corrección, sino que se les pretende devolver solo un 25% de lo adeudado, amparándose en la legislación que limita los pagos retroactivos a cuatro años.
Este error, reconocido pero minimizado por el consistorio, deja a los agentes con una reparación insuficiente tras años de trabajo infravalorado. El Ayuntamiento ha fallado, no solo en su deber de pagar correctamente a sus empleados, sino también en actuar con la rapidez y diligencia que el caso amerita. Pero hay algo aún más preocupante que el impago: la desmotivación y el malestar que esto está generando en las filas de nuestra policía local.
Y es que el problema no es únicamente económico. Los agentes llevan años denunciando la falta de efectivos y de recursos. Cada vez son menos los policías en las calles, trabajando con tecnología y equipos desfasados, haciendo refuerzos que se han vuelto inasumibles debido a la escasez de personal. Mientras tanto, la administración local parece mirar hacia otro lado, como si la seguridad de Vitoria no fuera una prioridad.
Desmotivación que afecta a todos
El malestar dentro de la Policía Municipal es más que palpable. Los agentes se sienten traicionados por el propio sistema que deberían representar y proteger. ¿Y quién pagará las consecuencias de esta desmotivación? Nosotros, los ciudadanos de Vitoria. Una fuerza policial desmotivada, que ya está tomando medidas de presión como la negativa a realizar refuerzos, supone un claro peligro para la seguridad pública.
El Ayuntamiento no puede esperar que agentes que han sido maltratados salarialmente durante años, que trabajan con plantillas insuficientes y sin los recursos necesarios, sigan poniendo en riesgo su bienestar personal sin que esto pase factura. Los efectos ya son visibles, y si no se toman medidas inmediatas, nuestra seguridad en las calles estará en juego.
Un problema de dignidad y respeto
Este no es solo un problema de números. Es un problema de dignidad. Los agentes de policía no son meros números en una tabla de Excel ni piezas intercambiables de una maquinaria burocrática. Son personas que arriesgan su vida diariamente para mantener el orden y protegernos. Y no están pidiendo un favor, están exigiendo lo que es suyo por derecho.
El Ayuntamiento de Vitoria tiene la obligación moral y legal de reparar este daño de forma justa. No basta con cumplir lo mínimo que exige la ley; la confianza de nuestros agentes en sus instituciones está en juego. La falta de pago durante 16 años, sumada a la falta de medios y personal, es una combinación explosiva que puede llevar a un colapso en la seguridad pública si no se aborda con seriedad y rapidez.
La solución está en manos del consistorio
Si realmente queremos una ciudad segura, necesitamos una policía local motivada, bien remunerada y equipada. El Ayuntamiento de Vitoria debe actuar de inmediato, no solo corrigiendo los errores del pasado, sino también dotando a nuestra Policía Municipal de los medios y el personal necesarios para realizar su trabajo de manera efectiva. Ya no se trata solo de una cuestión económica, sino de devolver la confianza y el respeto que los agentes merecen.
En última instancia, lo que está en juego no es solo la moral de la Policía Local, sino la seguridad de todos nosotros. Y la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿cuánto tiempo más vamos a permitir que nuestros defensores sean tratados de esta manera?
Es momento de que el Ayuntamiento demuestre que realmente le importa la seguridad de sus ciudadanos y la dignidad de sus empleados. Porque si seguimos mirando hacia otro lado, todos pagaremos las consecuencias.
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