¿Hasta cuándo mirará el Gobierno hacia otro lado con la salud mental?

La salud mental en España está en estado crítico. Cada día nos encontramos con titulares alarmantes: más intentos de suicidio, especialmente entre los jóvenes, y un aumento de diagnósticos de ansiedad y depresión. Pero mientras la sociedad grita por ayuda, el Gobierno, tanto central como autonómico, responde con soluciones que son, en el mejor de los casos, parches mal puestos.

El número de psicólogos sanitarios está disminuyendo porque los profesionales se jubilan y no hay suficiente relevo. Actualmente, se jubilan más de 1.000 psicólogos al año, mientras que las nuevas plazas PIR apenas llegan a 300, y las del Máster en Psicología General Sanitaria (PGS) rondan las mismas cifras. Esto no solo no cubre las bajas por jubilación, sino que está muy lejos de atender la creciente demanda. ¿Cómo esperan enfrentar la “epidemia” de enfermedades mentales con tan pocos profesionales?

Un sistema que da la espalda a pacientes y profesionales

Si eres un paciente que necesita atención psicológica en el sistema público, te enfrentas a listas de espera interminables que pueden durar meses. ¿Qué haces mientras tanto? Si te lo puedes permitir, recurres a la psicología privada, pero aquí te encuentras con el siguiente muro: precios prohibitivos y una oferta limitada. Para muchas personas, esto significa quedarse sin ayuda, atrapadas en el sufrimiento y sin una salida visible.

Por otro lado, ¿qué pasa con los psicólogos que quieren ayudar? Cada año, miles de jóvenes se preparan para acceder al PIR o al Máster PGS con la esperanza de dedicarse a una profesión que no solo les apasiona, sino que también es urgentemente necesaria. Pero la oferta de plazas es ridículamente baja, y la nota de corte es tan alta que deja fuera a candidatos perfectamente válidos. Muchos de estos futuros profesionales acaban frustrados, viendo cómo sus sueños y vocación chocan con un sistema que no les da oportunidades.

Un aumento del 10% que no llega a nada

El Gobierno ha anunciado con bombo y platillo un aumento del 10% en las plazas PIR. Pero, seamos realistas: ¿de qué sirve aumentar 30 plazas más si ni siquiera cubres las bajas por jubilación? Esto no es una solución; es una burla para los pacientes que siguen sin acceso a tratamiento y para los psicólogos que ven cómo el sistema les cierra la puerta.

Es hora de un cambio profundo

La realidad es que el sistema actual está fallando a todos: a los pacientes, a los profesionales y a la sociedad en general. Necesitamos medidas drásticas y valientes:

  1. Incrementar las plazas PIR y del Máster PGS de forma significativa, no con aumentos simbólicos que no resuelven nada.
  2. Facilitar el acceso a estas formaciones reduciendo costes y flexibilizando las condiciones de admisión.
  3. Reforzar la psicología pública, integrándola de manera efectiva en la atención primaria para que la ayuda esté al alcance de todos.
  4. Invertir en prevención: campañas de educación emocional y apoyo a los jóvenes desde las escuelas para atacar el problema de raíz.

No podemos esperar más

La salud mental no es un lujo, es una necesidad. Mientras el Gobierno sigue mirando hacia otro lado, miles de personas sufren en silencio. Los psicólogos están dispuestos a trabajar, los pacientes están pidiendo ayuda a gritos, pero el sistema sigue siendo una barrera.

¿Hasta cuándo vamos a tolerar esta indiferencia? Necesitamos un cambio, y lo necesitamos ahora. Porque la salud mental importa, y porque cada vida cuenta.

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