¿Un avance en el reciclaje o una nueva vuelta de tuerca? Crítica a la nueva tasa de basura en Vitoria

Vitoria se enfrenta a una subida considerable en el recibo de la basura para 2025, con tarifas que irán desde los 83 hasta los 116 euros, dependiendo del tamaño de la vivienda. Pero no teman, queridos ciudadanos, que el Gobierno municipal tiene la «solución perfecta»: usar el contenedor marrón para residuos orgánicos unas 190 veces al año (sí, lo has leído bien). ¿La recompensa? Un maravilloso 10% de descuento en el recibo. ¡Qué generosos!

¿Suena como un plan infalible? Pues no tanto. Aparentemente, lo único que hay que hacer es abrir el contenedor marrón una y otra vez. ¿Qué importa si tiras una cáscara de plátano o simplemente aire? Solo cuenta la apertura. Y claro, hay que hacerlo unas 190 veces si vives en una casa de más de 120 metros cuadrados. Para quienes residen en un pisito pequeño, con 70 aperturas será suficiente. ¡Qué fácil parece reciclar ahora, verdad?

Aquí viene la parte más intrigante: para que el Ayuntamiento aplique ese generoso descuento, los ciudadanos deben autorizar expresamente el uso de sus datos personales. Porque claro, ¿quién no querría regalar sus datos para que el Ayuntamiento controle cuántas veces abre un contenedor? No es que ya vivamos en una sociedad hiper-vigilada… seguro que esto se maneja sin problemas, ¿no? Total, ¿qué podría salir mal cuando de datos personales se trata?

Por supuesto, la oposición no ha tardado en señalar los fallos de esta brillante idea. El PP lo llama directamente una «estafa», argumentando que esto no garantiza el reciclaje, y que en otros lugares los ciudadanos se limitan a abrir el contenedor sin depositar nada. Pero, ¿quién está prestando atención a esos detalles? Lo importante aquí es la forma, no el fondo. ¡Que se vea que somos responsables con el medio ambiente, aunque sea de cara a la galería!

Para hacer todo más emocionante, la tasa no se calcula en base al número de personas que viven en la vivienda, sino según el tamaño del inmueble. Porque claro, como todos sabemos, cuanto más grande es la casa, más basura generas… ¿o no? Elkarrekin Podemos ha señalado que sería más justo vincular el recibo al número de residentes, pero ¿para qué complicarse con algo lógico cuando podemos implementar un sistema basado en metros cuadrados?

En resumen, lo que tenemos aquí es un sistema que no garantiza el reciclaje real, que pide ceder datos personales sin ninguna garantía clara y que asigna tarifas según criterios que, a simple vista, parecen arbitrarios. Pero no se preocupen, que el Gobierno asegura que «quienes más contaminan, más pagarán». ¿Será cierto? Ojalá, aunque da la impresión de que, al final, quienes más pagarán serán aquellos que simplemente no logren abrir el contenedor las 190 veces al año.

Quizás, y solo quizás, sería mejor enfocarse en políticas que realmente promuevan el reciclaje efectivo, en lugar de jugar al «cuántas veces puedes abrir un contenedor». Mientras tanto, sigamos pendientes de cuántas veces pasamos nuestra tarjeta por el lector. Porque si algo nos ha enseñado esta medida es que, al parecer, el verdadero problema medioambiental está en no abrir suficientes veces el contenedor marrón.

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